¿El cuidado facial impacta en el amor propio?
El cuidado facial es uno de los pilares del amor propio, ya que este último se trabaja cuando tenemos en armonía lo físico, espiritual y emocional.
La importancia del amor propio es una de las principales cosas que debe trabajar cada ser humano de manera individual, porque gracias a él es que una persona se motiva cada día para alcanzar sus objetivos.
Es un bienestar físico y mental en donde se aceptan sentimientos, actitudes y comportamientos.
Si nos vemos bien, nos sentimos mejor y cuidar la piel del rostro es una manera en la que te consientes y demuestras el amor que te tienes.
Si no tienes idea de por donde comenzar, te ayudamos con esta pequeña guía.
¿Cómo hacer un correcto cuidado facial?
El cuidado facial tiene mucho tiempo que se practica y no es exclusivo de las mujeres.
Actualmente el uso de cubre bocas y careta han aumentado el interés de proteger de la piel.
Si bien, la cara ya no está totalmente expuesta a la contaminación y bacterias del ambiente, se queda en el rostro el vaho de nuestra respiración y eso a la larga puede generar brotes como el famoso maskné.
Anteriormente mencionamos que los mandamientos del cuidado facial son:
Lavar, hidratar y proteger.
No importa cuál sea tu tipo de piel para todos hay productos, solo debes de identificar el tuyo y poner manos a la obra.
El rostro siempre se debe de lavar 2 veces al día, una vez en la mañana y otra en la noche. El primer lavado puedes realizarlo en la regadera y el segundo en la noche unos minutos antes de dormir.
Por la mañana debes de cumplir los tres mandamientos, dejando que entre la crema hidratante y el bloqueador pasen mínimo 3 minutos para que tu cara absorba los beneficios de cada producto.
Con respecto al bloqueador, te recomendamos que sea el más alto posible, el de de 50 FPS ¡es perfecto!, en caso de que tu crema ya tenga protector solar puedes omitir este paso.
Por la noche el paso del bloqueador no se hace, este se sustituye por cremas hidratantes para el contorno de ojos y una crema especializada para el cuidado nocturno.
Verás que desde la primera semana notarás un rostro más reluciente, lleno de energía y jovialidad.
Estos tres pasos hacen muchísima diferencia.
Si tu rostro presenta brotes, manchas o problemas de acné lo mejor es que vayas con un especialista para que te recete algo para resolver esta situación.
Este cuidado básico lo puedes complementar con la aplicación de mascarillas a base de aceites y extractos de frutas como las de Embellé que ayudan a mantener tu piel joven y llena de vitalidad.
¿El cuidado facial aumenta la autoestima?
Saber que tienes una piel tersa y cuidada te llena de confianza y seguridad, más allá de vanidad es un tema de salud cutánea que al notar los resultados te motivan a seguirlo haciendo.
Además es un tiempo muy tuyo, en donde te demuestras amor propio al acariciar tu cara y cuidarla de factores que puedan llegar a dañarla, también te relajas mientras desarrollas todo tu ritual para el rostro.
Las mascarillas son las que brindan esa sensación relajante, al respirar los aceites que lo componen es como si tuvieras una sesión de spa en casa.
Si aplicamos la frase “cómo te ves, te sientes” el cuidado facial es un gran ejemplo, ya que todas las emociones y sensaciones de estímulos del exterior recaen en la piel.
Así que si nos sentimos bien, lo reflejamos y al ver un rostro bien hidratado sin imperfecciones, esta acción se convierte en un ciclo que se complementa y se vuelve infinito.