Todos sabemos que el envejecimiento es inevitable, con él inician muchas afecciones, entre ellas la pérdida normal de hueso. Este padecimiento comienza antes de la menopausia en las mujeres debido a la disminución de estrógenos, y en los varones durante el tercer a quinto decenio debido a la reducción de testosterona. En ambos casos el cuerpo reabsorbe más calcio y fósforo de los huesos en lugar de conservar estos minerales ahí, provocando que la estructura ósea se vuelva más frágil cada vez hasta convertirse en osteoporosis.
Aunque el desarrollo de este padecimiento sea natural, es posible reducir los daños anticipadamente desde la juventud. En primer lugar se debe vigilar la dieta y consumir aquellos alimentos que aporten a los huesos los nutrientes necesarios como el calcio, la vitamina D, el magnesio y el fósforo; algunos de ellos se encuentran en el germen de trigo, azúcar morena, almendras, nueces, semillas de soja, higos secos, hortalizas de hoja verde y lácteos. Además, es importante realizar ejercicio, ya que éste también ayuda a fortalecer los huesos.
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